Quiero comentar aquí en éste apartado de juegos sobre las “praxias” que son habilidades adquiridas en la motricidad con la finalidad de realizar una acción concreta, dicho en palabras más sencillas son movimientos secuenciales que se realizan en un orden para así conseguir un objetivo
Cuando yo me formé como médico, los neurólogos nos ponían como ejemplo algo que ahora se utiliza con menos frecuencia, y era la “praxia” necesaria para encender una cerilla o fósforo… se tiene que coger con las manos la caja o cajita de fósforos, se debe sostenerla con una mano y con la otra abrirla, luego cerrarla bien para evitar un accidente, y por fin frotar la cerilla con suficiente suavidad para que no se rompa el palito, pero a la vez con suficiente presión para que se encienda y produzca una llama… luego de utilizada conseguir apagarla soplándola. Si no se hacen todos los pasos en el orden correcto entonces no lograremos hacerlo
Yo con niños y niñas de edad escolar utilizaba una prueba más sencilla y más segura, sacarle punta a un lápiz con un tajalápiz o sacapuntas. También aquí respetar la secuencia es importante… se debe coger el sacapuntas con una mano, luego introducir el lápiz por el agujero correcto donde está la cuchilla, después girar el lápiz con cierta fuerza mientras se mantiene firmemente el sacapuntas. Adicionalmente toda una prueba de coordinación
Los niños en sus juegos manuales realizan muchas de éstas secuencias de habilidades motoras intencionalmente aprendidas:
Desvestir o vestir a un muñeco o una muñeca
Sentar figuras articuladas (como las de Lego) alrededor de una mesa y servirles la comida
Hacer bailar un trompo, enredando la cuerda y luego lanzándolo
Encajar correctamente las piezas de un puzzle
Envolver un regalo y atarle una cinta
Hacer un nudo o un moño
Recogerse el pelo y hacerse una coleta
Plantar una semilla o trasplantar una planta
Son muy importantes todas las praxias que involucran una secuencia ordenada de acciones motoras globales
Pero también otras más delicadas que les permiten gesticular con la cara
O articular mediante la colocación de los labios y la lengua, apoyada en diferentes sitios de la boca correctamente todos los sonidos de una palabra o frase
Por eso insisten tanto en ellas las personas profesionales de la fonoaudiología