¿Cuales eran los retos del proyecto?

Conseguir producir unas 600 páginas de lectura, de buena o mejor de excelente calidad. Material de lectura que resultase atractivo, divertido y bien presentado. Que respondiese a los intereses, motivaciones y necesidades de la vida de los chicos que asisten a las escuelas públicas.

Textos de lectura “del estilo” de los cuentos del Taller del Cuento Infantil, pero que presenten unos contenidos que van a ser un poco más densos, y que tienen (sin dejar de ser divertidos) que ligar paso a paso en forma coherente logros culturales fundamentales entre sí, y los fundamentales a su vez con los complementarios.

Servir como complemento al currículo escolar. Posibilitando así el cerrar la brecha o acortar la distancia entre la realidad vivida y la realidad aprendida, recuperando al interior del quehacer escolar importantes elementos de la propia Cultura popular.

El material de lectura debería también hacer asequible a los niños contenidos más o menos complejos de Ciencia, y estar situados a mitad de camino entre los libros de texto y las lecturas que tienen por objeto el aprendizaje o el reforzamiento formal de habilidades referentes a la lengua (en nuestro caso el castellano o español).

Someter estas páginas de material de lectura a prueba con los niños en las escuelas, para verificar si es calificado como buen material de lectura y como culturalmente relevante, y para recoger de los propios niños y maestros sugerencias referentes a la ilustración o a las ilustraciones que acompañen y complementen los temas cuando se impriman.

Por último conseguir materiales de lectura tan diversos o variados que faciliten o posibiliten el agrupar dichos materiales de diferentes maneras, según mejor convenga, ya que se van a utilizar de forma progresiva pero continuada durante varios años (1991 a 1994)